ANTECEDENTES
El 23 de noviembre de 1978, durante la reunión Nº 42 , el Consejo Directivo de la Unión Argentina de Rugby decidió suspender la afiliación del Club Obras Sanitarias por tiempo indeterminado. La causa explícita estaba vinculada a la violación de las normas básicas de amateurismo pero, la causa implícita abarcaba fuertes razones políticas que generaron una tremenda equivocación que dejó sin rugby a más de 500 jugadores de aquel club.
El club de Núñez apeló la decisión de la UAR pero no tuvo éxito ya que tal determinación fue ratificada en la Asamblea General Ordinaria del 28 de diciembre. El Sr. Dramis, vocero de Obras, pidió una chance más para el club, reclamando por los cerca de 500 jugadores juveniles e infantiles que practicaban rugby en la institución. Los clubes Buenos Aires Cricket & Rugby Club y DAOM anunciaron su abstención. Ambas instituciones fueron las únicas voces que intentaron, tibiamente, torcer el curso de algo que parecía cosa juzgada.
Los años de Obras en la FEDAR

La votación final arrojó como resultado 165 votos a favor de mantener la suspensión, 8 por la negativa y 8 abstenciones. En una segunda postulación, se decidió por 110 votos contra 71 votos, que la misma seguía siendo por tiempo indefinido. Paradójicamente un ex jugador internacional y ex jugador de Obras, el Dr. Prudencio Torres García, era Presidente de la Unión. Un año más tarde, en el mes de diciembre, el Consejo Directivo de la Unión Argentina de Rugby reunido en Asamblea General Ordinaria resolvió cancelar la afiliación del mencionado club en una votación arrojó 109 votos por la no innovación de la medida tomada el año anterior y 7 por la desafiliación definitiva.
PERGENIANDO UNA IDEA
En el mes de enero de 1980 y, como consecuencia de la medida irreversible que había tomado la UAR, el ingeniero Miguel Mancini, presidente del Club Atlético Obras Sanitarias de la Nación, anunció en conferencia de prensa, la creación de la Federación Argentina de Rugby (FEDAR), entidad que trataría de aglutinar a los clubes que no fueran aceptados por la UAR. En efecto, detrás de todo este emprendimiento se veía la mano rectora de este inquieto ingeniero que años atrás había convulsionado el ambiente del rugby cuando, tras ganar las elecciones en su club en 1973, provocó una de las históricas escisiones del rugby argentino cuando un considerable grupo de jugadores de Obras, “por respeto al rugby” y, considerando que las autoridades de aquel momento no entendían la filosofía de este deporte, se apartaron de la institución para luego fundar el Club San Patricio. Entre aquellos disidentes se encontraban Efraín Sklar, Ricardo Lamastra, Oscar Merayo (coach de Obras en 2000), Julio Iúdice y los hermanos Espinal, entre otros.
SEIS CLUBES FORMAN F.E.D.A.R.
Así las cosas, las autoridades de Obras habían delegado en ex jugadores y dirigentes de rugby del club la creación de una Federación con el objeto de recuperar un espacio perdido debido a la suspención con que se había sancionado al club a fines del año 1978. La Federación Argentina de Rugby (FEDAR) fue fundada el 17 de junio de 1981 por seis instituciones afiliadas con el solo objeto de fomentar ese deporte en su forma amateur y rigiéndose por las disposiciones del la International Board pero, con algunos matices que la diferenciaban de la tradicional Unión Argentina de Rugby. En una hábil maniobra se nombró presidente a Martín Azpiroz, de 58 años por entonces, comerciante, ex tercera línea de Obras Sanitarias, ex jugador y capitán del Seleccionado Argentino de Rugby y campeón de Primera División por tres temporadas (1953) por Obras y (1958-1959) jugando para el Buenos Aires Cricket & Rugby Club.
La sede de la Federación se estableció en una vieja casona del barrio de Belgrano en la calle Zabala 1640 y sus instalaciones fueron bendecidas por el padre Ricardo perteneciente a la parroquia del Colegio Guadalupe.
Las seis instituciones fundadoras fueron:
Centro Municipal de Educación Física de San Martín (C.E.M.E.F.)
Colegio Guadalupe
Club Atlético San Miguel
Gimnasia y Esgrima de Ituzaingó
Club Atlético Obras Sanitarias de la Nación
Escuela de Educación Técnica Nº 5 de Morón
Conscientes de las limitaciones y dificultades que enfrentaban para llevar adelante a esta organización, los dirigentes se habían fijado objetivos a largo plazo estimados en tres o cuatro años y sin el ánimo de entrar en competencia con la UAR, por lo menos inicialmente y debido a la diferencia abismal que separaba a ambas instituciones. Tenían por delante un gran volumen de tareas administrativas difíciles de cumplir y no se contaba con el suficiente número de personas dispuesta a colaborar. Faltaban dirigentes y árbitros, y el público era reacio a concurrir a los partidos.
En la ceremonia de inauguración de la nueva entidad, el flamante presidente sostuvo que FEDAR “está abierta a todas las instituciones que tengan como objetivo primordial educar a través del deporte: colegios, clubes, universidades, entidades municipales, etc.” Comenzaron con esas seis instituciones a mediados de 1981 y en enero de 1983 ya registraban 22 y un caudal estimado de 1500 jugadores repartidos en división superior y divisiones inferiores que iban desde cuarta hasta décima.
En una entrevista concedida al diario Clarín, Martín Azpiroz comentaba: “La FEDAR se formó porque a muchas instituciones no se les permitía jugar al rugby. Había gente que quería hacerlo y no tenía cabida en otras uniones. Pero el factor desencadenante fue que la UAR mantuvo la suspensión de la afiliación del Club Atlético Obras Sanitarias de la Nación por tiempo indeterminado, pese a que el club estaba dispuesto a hacer lo que fuera necesario para volver a practicar esta disciplina”. FEDAR representaba para la época una institución verdaderamente “innovadora” en su tiempo. Innovadora, en cuanto pretendía darle solución a ciertos problemas estructurales y económicos que actualmente se discuten con cierto fervor en el seno de las uniones.
POPULARIZAR EL RUGBY
Con la idea de promover la incorporación masiva de colegios, universidades y clubes sin que se perdiera el espíritu básico de este deporte, los dirigentes apuntaron a la popularización del rugby. Inicialmente se volcó el esfuerzo a la formación de recursos humanos.
En junio de 1981 se realizó en FEDAR un curso abierto y gratuito para entrenadores de rugby. Dicho curso fue dictado por Stan Addicott, entrenador del equipo “junior” de Gales. Junto a él se encontraba el dirigente del rugby galés Ron Martin quienes habían sido expresamente invitados por la Federación con el objeto de instruir a los entrenadores y directivos de los distintos equipos que en ella participaban.
En virtud del desafío al que se enfrentaban sus dirigentes, se trataría de implementar para marzo del ´83 un curso de entrenadores para 1000 profesores de Educación Física. Dicho curso tendría una extensión de 30 horas cátedra y sería dictado por el profesor Roberto Gómez Cabrera (“La Macha”, últimamente vinculado a un club de la ciudad de La Plata). También estaba planificado el curso para árbitros ya que éstos eran muy escasos en la Federación. Se apelaba a la necesidad de contar con entrenadores rentados, preferentemente profesores de Educación Física, en virtud que éstos poseían la formación y dedicación profesional de la que carecían los habituales entrenadores del rugby amateur.
La propuesta “revolucionaria” era la de ofrecer al rugby como una salida laboral de los profesores que se sumarían como personal rentado a los clubes en carácter de entrenadores, encargados de equipo o preparadores físicos. Estos “adelantos” provocaban en pleno 1981 un verdadero escozor entre los partidarios del rugby amateur reunidos en la Unión Argentina que monopolizaba este deporte desde 1899.
La Federación quería montar una estructura deportiva en la que tuvieran cabida los clubes que, debido a los estatutos de la UAR no podían ingresar a ella. En general, clubes que tenían deportes profesionales sistemáticamente excluidos por la Unión. “No es ningún delito. Es injusto que haya miles de chicos que, por pertenecer a River, a Boca u otra institución que cuenten con deportes profesionales no puedan practicar rugby como corresponde”, declaraba a Clarín el señor Azpiroz.
A la sazón, los dirigentes de la Federación, encabezados por su presidente, acusaban a UAR de mantener “una postura muy egoísta y muy comercial. Su único interés son las recaudaciones. En el interior no se hace obra ni se fomenta el deporte” (…) “Este no es un deporte elitista, pero se maneja en forma discriminatoria”. A pesar de tanta pirotecnia, había algunos sectores unionistas para los cuales la FEDAR, literalmente, no existía.
EL RUGBY EN LOS CLUBES DE FUTBOL
La campaña de captación de clubes llevó a los dirigentes de la Federación a contactarse con los clubes de mayor popularidad. En tal sentido combinaron una reunión con las autoridades de la Asociación del Fútbol Argentina (AFA) a la que también concurrieron varios representantes de los clubes asociados. Allí se les brindó toda la información necesaria para comenzar la tarea de difusión que llevaría a incorporar a una singular cantidad de instituciones.
En diciembre de 1982 la Federación anunciaba el ingreso a la entidad y con ello a la práctica del rugby de importantes clubes: entre ellos River Plate, Independiente, Atlanta, Talleres de Córdoba y Olimpo de Bahía Blanca. Luego se sumó Velez Sarfield. El club de Liniers presentó cinco equipos de divisiones inferiores e inauguró su cancha de rugby. En particular, cabe destacar el desarrollo que alcanzó el rugby en este club que, por entonces, contaba con 65.000 socios. En poco tiempo logró captar 300 chicos que se sumaron a esta nueva actividad e interesaron también a sus padres a que alentaran y siguieran a los pequeños.
Se formó un grupo formidable liderado por Guillermo Guilhamelou, ex jugador del CASI y de Obras Sanitarias. Asimismo, Ricardo Petracca, presidente de la entidad, prometió apoyar al nuevo deporte.
En el año ’83 el crecimiento de la Federación había sido llamativo, sus dirigentes anuncian públicamente que una gran cantidad de clubes habían solicitado su afiliación, entre otros se hallaban tramitándola: Platense, Lanús, Estudiantes de la Plata, Ferrocarril Oeste, Gimnasia y Esgrima de la Plata y Deportivo Merlo.
Martín Azpiroz, en una postura un tanto ingenua, reconocía que los clubes de fútbol tenían fallas en la conducción de los jóvenes pero pensaba que el rugby cambiaría el espíritu de esos clubes: “… he visto chicos jugar a la mañana al fútbol y a esos mismos chicos a la tarde al rugby, y sus comportamientos fueron distintos”, declaraba al matutino La Nación en enero del ’83, “Durante el partido de fútbol se mostraron díscolos, agresivos, maleducados, y cuando practicaron rugby se portaron como caballeritos”, agregaba este ex internacional atribuyéndole al rugby los dotes de una panacea de la conducta deportiva.
EL INGRESO DE COLEGIOS NO TRADICIONALES
Los dirigentes de la Federación, en su afán de crecer, intentaron incorporar a varios colegios secundario, no tradicionales en el rugby argentino. Es así que desde el comienzo se incorporó el Colegio Guadalupe, la Escuela Municipal Raggio, el Instituto Eccleston, la Escuela de Educación Técnica Nº 5 de Morón o el Instituto Nuestra Señora de Nueva Pompeya así como también una institución educativa terciaria como la Universidad de Belgrano.
Esta última “traicionaría” a la Federación, cuando en 1983 decidió pasar a la Unión. En efecto, pertenecer a la Unión mejoraba el perfil deportivo que quería alcanzar la universidad, por eso en 1982 desmanteló al equipo “profesional” de basket que mantenía y a fines de esa temporada se pasó “impoluta” a la Unión, no sin antes “contratar” a un par de entrenadores, violando las conservadoras reglas sobre amateurismo que parecía defender la UAR.
FEDAR EN EL INTERIOR DEL PAIS
Consecuente a su espíritu expansivo, FEDAR inició los contactos con instituciones del interior. En diciembre de 1982, una delegación de la Federación viajó a Río Grande (Tierra del Fuego) para participar en la primera reunión de la Unión de Rugby de la Patagonia Austral. Esa Unión estaba compuesta por clubes de Ushuaia, Río Grande, Río Gallegos, Río Turbio y El Calafate.
Allí se realizaron partidos amistosos, proyecciones fílmicas y charlas para el fomento del rugby en la zona. También se firmó un convenio por el cual FEDAR alentaba la promoción de este deporte en las escuelas primarias y secundarias. Dicho acuerdo fue declarado de interés por la Secretaría de Turismo y Recreación y por la gobernación del entonces territorio nacional de Tierra del Fuego. Además se incorporan a los campeonatos el Aero Club de Santa Teresita y el Club General Pico de La Pampa.
* 1981 Sobre el final de la temporada se organizó un Torneo de Seven-a-Side en las instalaciones que poseía la Universidad de Belgrano, en la localidad de Moreno, provincia de Buenos Aires.
* 1982 En el año 1982, comenzó a disputarse el campeonato para la división superior (mayores) en el que participaron los siguientes equipos: Centro de Educación Física de San Martín (CEMEF); Club Atlético Obras Sanitarias de la Nación; Club Atlético San Miguel; Club de Ex alumnos del ENET Nº 5 de Morón; Club General Pico de La Pampa; Colegio Guadalupe; Facundo Rugby Club; Gimnasia y Esgrima de Ituzaingó “A” 9; Gimnasia y Esgrima de Ituzaingó “B”; Instituto Eccleston; San Isidro Rugby y Universidad de Belgrano.
* 1983 Durante ese año, encabezados por el Club de la UB se produciría la baja de algunos clubes que habían tenido considerable peso en el inicio de FEDAR. Algunos de ellos pasarían a militar en la Unión Argentina de Rugby. En tanto otros como el Colegio Guadalupe no presentaría división superior por falta de jugadores. Como era tradicional en FEDAR, la temporada se inauguraba con un Torneo Apertura de Nine-a-side para todas las categorías.
En el mes de mayo del ’83 se realizan varios anuncio al respecto:
* El 30 de abril en el Club Gimnasia y Esgrima de Ituzaingó, se disputó el nine-a-side para división superior el cual fue ganado por el Club Atlético Obras Sanitarias de la Nación.
* El Club Sirio Libanés de Pergamino se adjudicó el nine-a-side de división reserva.
* El 16 de abril el Club Atlético Obras Sanitarias de la Nación ganó el nine-a-side para Quinta División. Detrás se clasificaron el Colegio Guadalupe, el Club Velez Sarfield y luego el Club River Plate.
* El triangular para Cuarta División jugado en Santa Rosa, provincia de La Pampa, había sido ganado por Los Pampas Rugby Club.
* Mientras que el triangular para Quinta División, jugado en la misma ciudad, fue ganado por Suyai Rugby Club.
* El 21 de mayo estaban programados los torneos infantiles para sexta y séptima división.
* El 28 de mayo se realizarían los de octava y novena división.
* El 4 de junio, en el campo de deportes del Colegio Guadalupe estaban programados los torneos de décima y pre-décima.
El torneo de ese año tanto para división superior, reserva y quinta se organizaría por el sistema de programación de partidos, no puntuables. Mientras que el torneo para cuarta división presentaría un fixture de partidos por el sistema de campeonato puntuable.
LA UAR TUVO QUE CAMBIAR
El cuerpo gobernante de la UAR, había sido dominado por caballeros que adherían implacablemente a los principios del rugby amateur y con el tiempo, los prejuicios que se tenían sobre el proyecto del ingeniero Mancini, muy adelantado e incomprendido para fines de la década del ’70, se vieron actualizados cuando en agosto de 1995 la IRB capituló finalmente a lo inevitable, y el rugby union viró hacia el profesionalismo.
La declaración que realizó el comité directivo de la International Board, no hizo más que legalizar una situación ya existente en el rugby desde antiguo. En la mayoría de los países el amateurismo no se respetaba y, al menos los jugadores de elite obtenían una recompensa por practicar este deporte. A pesar que nuestros dirigentes viajaban por el mundo a distintos congresos y reuniones, no habían querido ver el gran cambio que se daba en el rugby de elite.
Por eso, Argentina, una de las 12 naciones representadas en aquel comité, fue la única que se opuso a las nuevas reglas que permitían el juego ilimitado a los jugadores de cualquier nivel. Una actitud acorde a la filosofía de la UAR, pero que en aquella oportunidad motivó que los directivos de otras uniones la denominaran “la reina del amateurismo”.
Sin embrago, en nuestro país aparecían los primeros “voceros” del profesionalismo, como el ex Puma Martín Sansot que en setiembre de 1995 escribía un par de artículos para el diario Ambito Financiero donde sostenía las ventajas del “agiornamiento”: “Los países que hoy superan a Los Pumas así lo entendieron y mejoraron deportiva y estructuralmente. Juegan bien al rugby, atraen espectadores, logran que estos se fanaticen y crean un subproducto a partir del merchandising. Generan dinero. Por eso, los jugadores merecen que se les pague”.
Finalmente, a 14 años del experimento FEDAR, en la Asamblea Extraordinaria celebrada el día Viernes 22 de marzo de 1996 la Unión Argentina de Rugby dio las primeras señales del cambio y autorizó a los clubes y uniones regionales de todo el país a la inclusión de publicidad en su indumentaria deportiva.
Más tarde, en la Asamblea del 1º de septiembre de 1997, la URBA, una de las uniones más conservadoras, reglamentó la publicidad en las camisetas y aprobó el coaching rentado.
Sin embargo, ni la UAR y la poderosa URBA han podido ir más allá suprimiendo todas las restricciones respecto del pago de remuneraciones a los jugadores ni a la adopción de un estatuto profesional, decisión que constituiría una verdadera revolución en la historia de este deporte en la Argentina, que siempre mantuvo el título de “aficionado” y resistió varios embates sobre esa situación pese a las demandas de algunos jugadores y al aumento de la exposición de este deporte en los medios de comunicación, junto a las nuevas exigencias en la preparación atlética de los jugadores y entrenadores.
Fuentes
* Archivos del CEHR
* Diario La Nación
* Diario Clarín
* Diario Ambito Financiero
* Diario La Razón
Artículo publicado en Desde Abajo Rugby

